domingo, 28 de junio de 2009

Determinación

Era como un pozo sin fin, o una canción repitiéndose indefinidamente en mi cabeza. Oh, era porque de hecho la canción sí se estaba repitiendo. Porque no podía dejar de aferrarme a ella como un salvavidas, como la única manera de expresar mis sentimientos. Porque tarareaba o exclamaba con furia la letra, que contenía algunos pedazos que parecían haber sido escritos por mí, o algo. No que yo escribiera canciones, ni nada. Solté el aire de mis pulmones de repente, y vi mis hombros deslizarse hacia abajo mientras intentaba no pensar en nada. Sin éxito, en realidad. Sin embargo, parte del dolor se había ido. O no. Más bien había quedado enterrado en medio de mi determinación por seguir adelante a toda costa, y dejar a las demás personas vivir su vida a su antojo. No había nada más a mi alcance, sino mirar al frente con el consuelo de que aún me quedaban algunas personas en quienes sabía, podía confiar. Después de todo, los instantes de felicidad no se alcanzaban con quejas alrededor de la situación que tocaba vivir. Sin embargo, debía procurar deshacerme de toda esperanza en cuanto a ciertas cosas. Si no tienes esperanza, evitas desilusionarte después. No es que en realidad no pensara que la esperanza era algo importante. Sólo que sabía que hay que intentar tener prudencia para no ilusionarse en cosas que no tinenen razón de ser. Se me había acabado el esparadrapo, la aguja y el hilo para cerrar o cubrir las heridas, y no renovaría existencias por un tiempo. Aún así, podría seguir adelante.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La determinación puede ser la manera más pura de la voluntad, si la tiene, como escribe, los eventos de dolor quedarán en el pasado para aprender del mismo y procurar construir un mejor futuro.

Erika dijo...

Los eventos del dolor no son fáciles de dejar atrás, puede que en este momento no tenga toda la determinación necesaria para dejarla atrás pero, tras casi 5 meses de sufrir y no conseguir nada más que multiplicar el dolor, la única salida es encontrar la voluntad para seguir adelante con lo que quedó después de los acontecimientos pasados... y creo que ya me enredé, pero la idea es esa (?).

En todo caso, gracias por la opinión, tú.

Anónimo dijo...

Más allá del dolor y del sufrimiento, están las experiencias que sirven para aprender esas cosas que nos permiten ser mejores personas. Estas circustancias nos ayudan a valorar los momentos que en su tiempo no se apreciaron y por consecuencia perecieron en el presente. Lo mejor es seguir adelante, y como algún dia leí en un correo, quedan las experiencias y los buenos recuerdos.

Erika dijo...

Totalmente de acuerdo. La vida me dio la oportunidad de conocer personas maravillosas de quienes aprendí mucho. Y a pesar de que algunas de esas personas (tal vez una de las más importantes) ya no exista, me queda el consuelo de haberle conocido. Tal vez no sea no haberlo sabido apreciar, sino no haberse dado cuenta a tiempo de los errores que se cometían, o de las cosas que no se decían y acabaron por estallar, rompiendo lo que existía, pero sí, quedan los buenos recuerdos.