Una agonía tan larga, un dolor tan intenso, una angustia tan profunda… ¿es acaso posible sufrir tanto y seguir con vida? El pánico nubla la vista, los recuerdos la mente, y la soledad, el alma. De repente, miles de palabras pasan a gran velocidad por la cabeza, casi como si se tratara de una grabación, tan claras como si estuvieran siendo pronunciadas en ese preciso momento. Un dolor en el pecho, el sentimiento de vacío, la desesperación. Y por primera vez, sentir la muerte como algo más real, como aquello que se lleva a los seres queridos definitivamente, para no volver jamás. Y después, ¿qué? Rehacer una vida, dejando atrás a esa persona, aunque siempre llevándola en el alma como alguien imborrable. ¿Para qué? ¿Acaso esa persona sabrá que es recordada? ¿Verá a quien la recuerda desde algún sitio? ¿Qué hay después de la muerte? Todas las preguntas llegan tan rápido como se van, pero el dolor continúa ahí. Intensificándose, prolongándose, lastimando cada vez más y más.
¿Hay algún final? Es decir, ¿Realmente el sufrimiento termina? Resulta increíble creer que tanta agonía se esfume de pronto, para dejar paso sólo a un buen recuerdo… es absurdo. Pero lo único que queda por hacer es intentarlo; salir del pozo sin fondo, y buscar un rayo de luz en medio de la oscuridad.
¿Lograré hacerlo algún día?
No, afortunadamente ningún ser querido mío ha fallecido recientemente. Digamos que el volver a ver la película "My girl" tuvo algo que ver, además de otras tantas cosas... no sé de dónde saco todo esto, ya hasta parece... bah, mejor no lo digo xD.
Cuídense
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